Aquello que perdimos, regresar a casa, el sexo es la puerta hacia lo divino, necesitamos la ternura, fusionarnos con el otro, amar y ser amados, abrir nuestros corazones para dejar que entre el otro dentro de mi y yo pueda entrar dentro de él.
¿Cuándo fue la última vez que hiciste el amor?...piénsalo por unos instantes.
Cuando hago esta pregunta en la consulta, los pacientes muy valientemente me responden hace un mes, dos semanas, tres días, un año, cinco años…..también escucho a veces, ni me acuerdo.
En realidad se refieren al sexo, un sexo muchas veces insatisfactorio, rápido, automático, rutinario, a veces con dosis de pasión, generada más por la ansiedad que por amor, muchas otras ni eso.
¿Cómo puede ser que hagamos tan poco el amor? ¿O que eso que llamamos hacer el amor no nos llene, le tengamos miedo, o nos dé pereza, sueño, aburrimiento, incluso asco?
Hay técnicas que nos ayudan a estar en el presente como la respiración, la relajación y la meditación, “para y respira tres veces profundamente.”
Date cuenta cómo es tu respiración, cortada, disminuida, amplia, fluida profunda,...
“La respiración es el puente entre la mente y el corazón”.
Cuando camines respira conscientemente.
Cuando te duches, respira conscientemente.
Cuando comas, respira conscientemente.
Cuando acaricies respira conscientemente.
Cuando mires a tu pareja respira conscientemente.
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