Los maestros han sido y siguen siendo muy importantes en el desarrollo de los niños, junto con los padres son la piedra angular en la formación de nuestros hijos para convertirlos en futuros adultos sanos y felices.
Madhu. Tito lleva muchos años en el campo de la enseñanza y nos va a contar cómo se prepara como persona y como enseñante, para realizar sus actividades.
Tito. Cada mañana respiro de forma conectada en seco y dos veces por semana en agua, medito, salgo con la bici y nado. La relajación es fundamental.
No basta con saber intelectualmente, si no hay una buena inteligencia emocional, será difícil lidiar con los problemas de la vida y las relaciones serán conflictivas o al menos insatisfactorias. Conocernos a nosotros mismos y atender nuestras propias necesidades personales es fundamental para poder llegar a las clases llenos de energía y entusiasmo, los muchachos lo captan y responden, según el estado de ánimo con el que nos acercamos a ellos.
Madhu. ¿Esto también lo enseñas en la escuela?
Tito. Sí, al comenzar cada clase respiramos todos juntos y esto les centra y calma muchísimo, para ellos es algo natural. Los recreos son excelentes momentos para seguir con los muchachos, jugando y relacionándonos como ellos necesitan, esto es una forma de contacto emocional muy importante. Hay algunos compañeros que me dicen eres un niño grande y esto para mí es un halago, el juego y cantar son formas de aprender a relacionarse muy enriquecedoras, aprenden a compartir sentimientos y los hace más seguros y cercanos. Es importante educar sin castrar a los niños, en los recreos muchas veces se les sigue coartando su libertad de expresión.
Madhu. ¿Cómo es un buen maestro para ti?
Tito. Sobre todo tiene que ser un despertador y facilitador, para que los muchachos desarrollen sus propias capacidades sociales apoyándoles en valores humanos.
Madhu. ¿Qué es lo que más te gusta de ser maestro?
Tito. Enseñar la facilidad y la alegría de vivir y aprender de mis alumnos, ellos también tienen mucho que enseñarme.
Madhu. Te formaste en diferentes disciplinas holísticas, entre ellas las que más destacas por lo que te aportaron fueron el Renacimiento y el Tantra. Cuéntanos qué te dieron.
Tito. Me despertó la sensibilidad y me ayudó a comprender mejor a mis alumnos emocionalmente. El respeto por la vida, a manejar las emociones y a ser más auténtico y humano, a jugar.
Desde estas páginas, animo a mis compañeros, educadores y profesores a que inviertan en su evolución personal, para que así la educación con los muchachos sea realmente eficaz.
Con corazón, hasta pronto.
Madhu. Tito lleva muchos años en el campo de la enseñanza y nos va a contar cómo se prepara como persona y como enseñante, para realizar sus actividades.
Tito. Cada mañana respiro de forma conectada en seco y dos veces por semana en agua, medito, salgo con la bici y nado. La relajación es fundamental.
No basta con saber intelectualmente, si no hay una buena inteligencia emocional, será difícil lidiar con los problemas de la vida y las relaciones serán conflictivas o al menos insatisfactorias. Conocernos a nosotros mismos y atender nuestras propias necesidades personales es fundamental para poder llegar a las clases llenos de energía y entusiasmo, los muchachos lo captan y responden, según el estado de ánimo con el que nos acercamos a ellos.
Madhu. ¿Esto también lo enseñas en la escuela?
Tito. Sí, al comenzar cada clase respiramos todos juntos y esto les centra y calma muchísimo, para ellos es algo natural. Los recreos son excelentes momentos para seguir con los muchachos, jugando y relacionándonos como ellos necesitan, esto es una forma de contacto emocional muy importante. Hay algunos compañeros que me dicen eres un niño grande y esto para mí es un halago, el juego y cantar son formas de aprender a relacionarse muy enriquecedoras, aprenden a compartir sentimientos y los hace más seguros y cercanos. Es importante educar sin castrar a los niños, en los recreos muchas veces se les sigue coartando su libertad de expresión.
Madhu. ¿Cómo es un buen maestro para ti?
Tito. Sobre todo tiene que ser un despertador y facilitador, para que los muchachos desarrollen sus propias capacidades sociales apoyándoles en valores humanos.
Madhu. ¿Qué es lo que más te gusta de ser maestro?
Tito. Enseñar la facilidad y la alegría de vivir y aprender de mis alumnos, ellos también tienen mucho que enseñarme.
Madhu. Te formaste en diferentes disciplinas holísticas, entre ellas las que más destacas por lo que te aportaron fueron el Renacimiento y el Tantra. Cuéntanos qué te dieron.
Tito. Me despertó la sensibilidad y me ayudó a comprender mejor a mis alumnos emocionalmente. El respeto por la vida, a manejar las emociones y a ser más auténtico y humano, a jugar.
Desde estas páginas, animo a mis compañeros, educadores y profesores a que inviertan en su evolución personal, para que así la educación con los muchachos sea realmente eficaz.
Con corazón, hasta pronto.
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