A muchos nos asusta el cambio, el primer cambio que vivimos y para muchos fue traumático, el cambio que experimentamos del ambiente liquido en el útero al ambiente seco de la atmósfera. En Rebirthing le llamamos trauma de nacimiento.
A este momento se le suma el estado emocional que vivía nuestra madre. Cómo fuimos recibidos, si ella estaba presente o anestesiada.
Esto dejo una herida en nosotros que siempre nos acompañará.
A partir de entonces creímos que el cambio nos hace y hacemos daño. Tenemos que liberarnos de esa creencia porque nos limita en nuestra vida, la vida es cambio. Si hay algo que no cambia es el propio cambio, la vida nos lleva, queramos o no, al cambio y nuestras diferentes etapas y experiencias en la vida.
Nacemos, pasa la infancia, pasa la pubertad, la adolescencia, la edad adulta, la madurez...
• Que significa para ti el cambio? Cómo vives los cambios en tu vida? lo vives con miedo y parálisis o creatividad y decisión?
• Si te atrevieras que te gustaría cambiar en tu vida?
• Si fueras capaz qué harías? Qué tendrías? Qué serias? Qué dejarías?
A veces seguimos en relaciones que ya no tienen sentido, relaciones muertas, permanecemos con el cuerpo pero nuestra alma está en otro lugar, o peor aún, dormidos o anestesiado o muertos. Dejando que la vida pase sin vivirla.
Todas las despedidas son dolorosas, incluso las que deseamos. Nuestra falsa ilusión por evitar el cambio para no sufrir nos lleva a la rigidez y a la resignación, creando mayor sufrimiento. Aferrarnos a lo conocido por miedo al cambio nos impide ver la grandeza de lo nuevo. Todo lo nuevo es un nacimiento, un grito la vida. Solo los agradecidos pueden sentir sus bendiciones.
Despedirnos sin hacernos daño.
El final de una relación duele y eso hay que aceptarlo. Cualquier despedida nos toca lo más sensible de nosotros, pobre de aquel que pasa una separaron sin pena ni gloria. Esta muerto. El dolor es inevitable, el sufrimiento es una elección que podemos aprender a controlar y dirigir de la forma más amorosa y saludable posible.
Sentir del dolor del desamor es parte de la perdida, más aún cuando ese amor no quieres que termine. Otras muchas lo que duele y hace más grande la herida es no soltar lo que ya no nos toca sostener.
Un día me dijo un colega Chileno, que la despedida siempre es una fotografía en tamaño gigante de cómo había sido esa relación.
Con mis más de 20 años de experiencia como terapeuta de parejas, y mi propia experiencia personal puedo dar fe de ello.
Si en la relación hubo amor y verdad, así será su final. He visto parejas apoyándose a tope en su dolor y en su amor hasta el final. Las parejas que se trataron con amor y respeto siguen siendo buenos amigos.
Si lo que los unió fue el miedo, la mentira y el maltrato, eso saldrá al final.
A veces sigue el maltrato y el desprecio por muchos años. Parte del resentimiento es por sentir que perdieron años de su vida junto a alguien que no les hizo feliz.
• Si alguien no te quiere en su vida, mejor que tu no estés en la suya.
• Si alguien que tú miras no te mira, cambia de lugar y da gracias por ello.
• Si duermes con alguien que no vibras ni puedes bendecirle cada mañana, sal de esa cama y de su vida.
• Si alguien se marcha de tu vida, da las gracias y prepárate para recibir algo mejor que está por llegar.
No obstante quiero decirte que las relaciones no se terminan, son para siempre, el amor se transforma, la relación con esa persona resonó y dejo en ti una huella para siempre.
Los encuentros son experiencias sagradas, se nos dan para aprender algo importante.
Aferrarnos a lo conocido impedirá durante un tiempo ese aprendizaje, pero inevitablemente se nos repetirá la oportunidad para esa enseñanza.
Muchas veces el divorcio es una sanación y un salto importante para evolucionar.
Es muy probable que nos hayamos casado muy jóvenes buscando a un papá o mama que no tuvimos como quisimos, o que el matrimonio fuera la salida para irnos de casa.
También cabe que después de un largo y tormentoso, o aburrido noviazgo, te casaras porque tocaba y esperabas que con ello todo cambiaria, y luego te sorprendieras con una convivencia sin mucho sentido.
Esta la posibilidad de que te casaras con alguien muy distinto a ti y tenéis muy poco que compartir.
Si estás en una crisis, antes de tomar ninguna decisión, recuerda que son oportunidades para revisar lo que no funciona, que aunque dolorosas no son malas, son momentos para sincerarse y ser uno mismo, momentos de verdadera comunicación, perdón y avance. Reconocer que estáis atascados es una bendición.
Sea cual sea tu caso, si tu relación sientes que no te nutre y estas ni para delante ni para atrás, ni contigo ni sin ti, es importante que lo expongas, que lo habléis, y que busquéis el pensamiento más elevado.
Reza durante 9 días y 20 minutos diarios, pide con toda tu alma una solución para vuestra relación, quizás sea la separación. Si es así también podemos dar las gracias por todo lo compartido, y perdonarnos todo el daño que nos hicimos.
Madhu.
A este momento se le suma el estado emocional que vivía nuestra madre. Cómo fuimos recibidos, si ella estaba presente o anestesiada.
Esto dejo una herida en nosotros que siempre nos acompañará.
A partir de entonces creímos que el cambio nos hace y hacemos daño. Tenemos que liberarnos de esa creencia porque nos limita en nuestra vida, la vida es cambio. Si hay algo que no cambia es el propio cambio, la vida nos lleva, queramos o no, al cambio y nuestras diferentes etapas y experiencias en la vida.
Nacemos, pasa la infancia, pasa la pubertad, la adolescencia, la edad adulta, la madurez...
• Que significa para ti el cambio? Cómo vives los cambios en tu vida? lo vives con miedo y parálisis o creatividad y decisión?
• Si te atrevieras que te gustaría cambiar en tu vida?
• Si fueras capaz qué harías? Qué tendrías? Qué serias? Qué dejarías?
A veces seguimos en relaciones que ya no tienen sentido, relaciones muertas, permanecemos con el cuerpo pero nuestra alma está en otro lugar, o peor aún, dormidos o anestesiado o muertos. Dejando que la vida pase sin vivirla.
Todas las despedidas son dolorosas, incluso las que deseamos. Nuestra falsa ilusión por evitar el cambio para no sufrir nos lleva a la rigidez y a la resignación, creando mayor sufrimiento. Aferrarnos a lo conocido por miedo al cambio nos impide ver la grandeza de lo nuevo. Todo lo nuevo es un nacimiento, un grito la vida. Solo los agradecidos pueden sentir sus bendiciones.
Despedirnos sin hacernos daño.
El final de una relación duele y eso hay que aceptarlo. Cualquier despedida nos toca lo más sensible de nosotros, pobre de aquel que pasa una separaron sin pena ni gloria. Esta muerto. El dolor es inevitable, el sufrimiento es una elección que podemos aprender a controlar y dirigir de la forma más amorosa y saludable posible.
Sentir del dolor del desamor es parte de la perdida, más aún cuando ese amor no quieres que termine. Otras muchas lo que duele y hace más grande la herida es no soltar lo que ya no nos toca sostener.
Un día me dijo un colega Chileno, que la despedida siempre es una fotografía en tamaño gigante de cómo había sido esa relación.
Con mis más de 20 años de experiencia como terapeuta de parejas, y mi propia experiencia personal puedo dar fe de ello.
Si en la relación hubo amor y verdad, así será su final. He visto parejas apoyándose a tope en su dolor y en su amor hasta el final. Las parejas que se trataron con amor y respeto siguen siendo buenos amigos.
Si lo que los unió fue el miedo, la mentira y el maltrato, eso saldrá al final.
A veces sigue el maltrato y el desprecio por muchos años. Parte del resentimiento es por sentir que perdieron años de su vida junto a alguien que no les hizo feliz.
• Si alguien no te quiere en su vida, mejor que tu no estés en la suya.
• Si alguien que tú miras no te mira, cambia de lugar y da gracias por ello.
• Si duermes con alguien que no vibras ni puedes bendecirle cada mañana, sal de esa cama y de su vida.
• Si alguien se marcha de tu vida, da las gracias y prepárate para recibir algo mejor que está por llegar.
No obstante quiero decirte que las relaciones no se terminan, son para siempre, el amor se transforma, la relación con esa persona resonó y dejo en ti una huella para siempre.
Los encuentros son experiencias sagradas, se nos dan para aprender algo importante.
Aferrarnos a lo conocido impedirá durante un tiempo ese aprendizaje, pero inevitablemente se nos repetirá la oportunidad para esa enseñanza.
Muchas veces el divorcio es una sanación y un salto importante para evolucionar.
Es muy probable que nos hayamos casado muy jóvenes buscando a un papá o mama que no tuvimos como quisimos, o que el matrimonio fuera la salida para irnos de casa.
También cabe que después de un largo y tormentoso, o aburrido noviazgo, te casaras porque tocaba y esperabas que con ello todo cambiaria, y luego te sorprendieras con una convivencia sin mucho sentido.
Esta la posibilidad de que te casaras con alguien muy distinto a ti y tenéis muy poco que compartir.
Si estás en una crisis, antes de tomar ninguna decisión, recuerda que son oportunidades para revisar lo que no funciona, que aunque dolorosas no son malas, son momentos para sincerarse y ser uno mismo, momentos de verdadera comunicación, perdón y avance. Reconocer que estáis atascados es una bendición.
Sea cual sea tu caso, si tu relación sientes que no te nutre y estas ni para delante ni para atrás, ni contigo ni sin ti, es importante que lo expongas, que lo habléis, y que busquéis el pensamiento más elevado.
Reza durante 9 días y 20 minutos diarios, pide con toda tu alma una solución para vuestra relación, quizás sea la separación. Si es así también podemos dar las gracias por todo lo compartido, y perdonarnos todo el daño que nos hicimos.
Madhu.
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